Para quienes realizamos formación no es nuevo usar metodología de Taller, entendiendo que la misma se basa en el «aprender haciendo» y en el “hacer aprendiendo”, y para lograr esto, es imprescindible aplicar dinámicas o técnicas participativas grupales.
La metodología de taller es usada desde hace muchos años en Educación No Formal y, actualmente, es una modalidad en auge en diversas áreas y sectores, quizá con otras denominaciones, pero la base es siempre la misma.
Al decir de Melba Reyes, es esa “realidad integradora, compleja y reflexiva, en que se unen la teoría y la práctica como fuerza motriz del proceso pedagógico”
Además del “aprender haciendo”, la horizontalidad de los vínculos, el protagonismo activo de los/as participantes y la construcción colectiva y colaborativa de conocimientos, destacamos la importancia de involucrar la CORPORALIDAD y las EMOCIONES.
Ahora, ¿cómo hacemos esto?
Parece bastante claro que para facilitar la puesta en juego de ambos aspectos en una instancia de taller primero debo de autoindagar que pasa con MI cuerpo y con MIS emociones.
Es decir, primero debo reconocerme como mi propia herramienta de trabajo, autoevaluarme permanentemente, problematizar el rol que asumo, identificar patrones emocionales y mi “currículo oculto”
Los que trabajamos facilitando procesos de aprendizajes en grupos humanos sabemos que hay «algo» que va más allá de los contenidos y dinámicas que sucede en la experiencia y puede facilitar u obstaculizar el logro de los resultados esperados.
Esto tiene que ver con el vínculo, sin construcción de un vínculo de confianza no es posible el aprendizaje profundo.
Algunas sugerencias para lograr esto, podrían ser:
– Conectar empáticamente con quién el/la participante realmente es, quiere y necesita, y no abordarlo con un «paquete armado» para otros contextos, situaciones o personas.
– Que se tenga en cuenta, además de sus características y necesidades, su sentir.
– Que se lo guíe a conectar la nueva información que está recibiendo con experiencias significativas anteriores.
– Que se promueva la consolidación grupal facilitando que oficie de malla de sostén de la experiencia toda.
Y a vos facilitador/a, ¿Cómo te hace SENTIR esto?
Porque de eso se trata, de incorporar el sentir siempre, ¡también el tuyo!