Según Wikipedia la Gestión del Talento es “El proceso que desarrolla e incorpora nuevos integrantes a la fuerza laboral, y que además desarrolla y retiene a un recurso humano existente”
¿Qué opinan de esta definición?
Una vez más se deposita el poder afuera de las persona.
Está muy bien que las empresas se preocupen por conocer las potencialidades de su equipo de trabajo, favorecer herramientas para desarrollarlas y propiciar estrategias para retenerlos.
Ahora, cuando se habla de Gestión del Talento, sería bueno enseñar, desde la Familia y la Educación, a que sea un proceso continuo que cada persona realice consigo mismo.
Todavía las personas buscan que se les realice una Orientación Vocacional, es decir, que en forma externa alguien le diga, a través de un “instrumento mágico», cuál es la mejor profesión para ellos/as.
La palabra vocación se asocia a “llamado” y tiene su origen en la religión. Nadie nos va a “llamar” más que nosotros mismos, no esperemos escuchar un “ringtone” afuera sino que pongamos toda la atención en escucharnos.
Todos tenemos una predisposición, tendencia, deseo, o inclinación a hacer una tarea o actividad que nos produce gozo, que nos diferencia y nos procura un lugar entre los demás. Nacemos con esa información.
Entonces, si nacemos con la misma, ¿por qué la buscamos afuera?
Hace poco escuchaba una conferencia donde se decía que el feto humano tiene forma de semilla, y como toda semilla, en las condiciones adecuadas, solo tiene que crecer y convertirse en lo que esta predestinada a ser.
Nadie planta un limonero esperando que nazca un rosal, ¿verdad?, bueno con los/las humanos/as es lo mismo.
En este momento podrían preguntarse por qué, entonces, es tan difícil darnos cuenta cuál es nuestra profesión ideal, bueno, estos pueden ser algunos de los motivos:
– Primero, esto mismo que venimos hablando, creer que la información se encuentra afuera y, por lo tanto, advendrá como un “llamado” exterior, que se escuchará, preferentemente a los 16 años, cuando tenga que elegir cuál bachillerato realizar en la Educación Media. ¡Muy loco!
– Después, por las expectativas familiares, las experiencias de la temprana infancia que nos llevan a internalizar algunas creencias limitantes sobre nosotros mismos, la vida y algunas formas de ganarse la vida; la Educación y la Religión van tapando nuestra verdadera esencia tras capas y capas de condicionamiento que nos llevan a olvidar, ocultar, negar y hasta sentir vergüenza de nuestros dones.
– Por último, en la Educación no nos enseñan a tomar decisiones, a valorar nuestros talentos, intentan que seamos iguales, aprendamos lo mismo, de la misma manera y llegando a los mismos resultados, en un mundo donde estamos rodeados de cambios y diversidad.
Por todo esto, me gusta llamarle “Gestión de Talentos” a este tema. Porque la Gestión es la “acción o trámite que, junto con otros, se lleva a cabo para conseguir o resolver algo”, y esto de “recordar” cuáles son nuestros talentos y dones, es algo que hay que resolver y que, a veces, necesita de la ayuda de otros.
Y como la información se encuentra “encriptada” por las creencias, los condicionamientos familiares y sociales, la educación y la religión, hay que trabajar mucho internamente para descifrarla.
Rodolfo Bohovlasky habla de tres momentos para hacer este trabajo, la Reflexión (Autoconocimiento) la Confrontación (romper condicionamientos, tomar conciencia, darse cuenta, insights) y la Creación de un proyecto Auténtico.
Para entrar en este proceso, hay que ser valientes. No le va a gustar a todo el mundo. Puede no irnos bien de entrada, y tener que intentarlo varias veces. Ahora, tarde o temprano, lo tendremos que hacer.
Cuando en la mediana edad sobrevienen las crisis existenciales tiene que ver con tener nuestro proyecto vital auténtico aún sin resolver
¡Y a cuántas personas les pasa esto!
Quizá por eso existan epidemias de depresión, crisis de ansiedad, abuso de sustancias (entran aquí también los psicofármacos recetados por profesionales), violencia doméstica y tantas enfermedades en un cuerpo que es perfecto.
La única forma para lograr recordar nuestros talentos es comprometerse con autoconocerse, realizar un profundo trabajo interno, probar, equivocarse y volver a empezar, las veces que sean necesarias.
También es muy importante el apoyo de nuestro entorno en estos procesos, y eso implica: respeto, no juzgar, permitir el error, no hacer por el otro, no imponer, no manipular, no presionar.
Algunas preguntas que pueden ayudarte:
– ¿Cuál es aquella actividad con la cual el tiempo se te pasa volando?
– ¿Cuál es aquella actividad que te produce gozo, satisfacción y gratificación realizar?
– ¿Cuál es aquella actividad que te resulta fácil hacer?
– ¿Cuál es aquella actividad que los demás valoran, te dicen que te sale bien, por la que te recomendarían?
– ¿Cuál es aquella actividad en la que sentís que aportas al mundo, te sentís útil, ayudas a resolver problemas a otras personas?
– ¿Cuál es aquella actividad que harías igual si no te pagaran, sin una remuneración?
– ¿A qué dedicarías tu tiempo si no tuvieras que trabajar para vivir, es decir, si el tema económico ya estuviera resuelto de por vida?. Y qué harías para siempre, es decir, descansar o viajar puede ser que lo elijas en esta situación, pero quizá, no toda la vida ni todo el tiempo. ¿Cuál actividad sería, entonces?
Y para finalizar algunas consideraciones finales,
No hay edad para descubrir y gestionar nuestro Talento. Puede ser a los 15, a los 50 o a los 80 años. Claro que, cuanto antes lo hagamos, más vamos a poder disfrutar de eso.
Puede ser más de una cosa. Difícilmente hayamos nacido solo con un Don.
Las demás personas, a veces con buena intención, pueden provocarnos más dudas o aportar al ocultamiento de nuestra verdadera esencia. Estemos atentos y seamos selectivos de a quién escuchar. Ninguna opinión es neutra, por eso es tan importante autoconocerse, escucharse y tener confianza en uno mismo y en un “plan” superior, que seguro, existe.
Esta máquina humana perfecta en este sistema complejo, el Planeta Tierra, no puede haber llegado aquí de casualidad (“Vi luz y entré”), por lo tanto, un poco de confianza y entrega seguro nos ayudarán a fluir en la gestión de nuestros dones y talentos.